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Zeolita Clinoptilolita Micronizada (Consumo humano) - 500gr

Zeolita Clinoptilolita Micronizada (Consumo humano) - 500gr

La Zeolita Clinoptilolita Micronizada es un mineral de origen volcánico con estructura microporosa que actúa como agente quelante natural, atrayendo y atrapando metales pesados, amonio, micotoxinas y otras toxinas polares presentes en el tracto digestivo. Su capacidad de intercambio iónico permite una depuración selectiva sin afectar nutrientes esenciales. Al estar micronizada, su superficie activa es mucho mayor, lo que favorece una acción más eficiente en menor cantidad. No se absorbe en el organismo, actuando únicamente a nivel intestinal, lo que la convierte en una opción segura para limpiezas prolongadas. Es utilizada para apoyar procesos de desintoxicación, equilibrio digestivo y bienestar general.

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Detoxificación de metales pesados

La Zeolita Clinoptilolita Micronizada posee una estructura en forma de panal con carga negativa natural, lo que le permite atraer y retener cationes cargados positivamente como plomo, mercurio, cadmio, aluminio y arsénico. Esta capacidad de quelación pasiva ayuda a reducir la carga tóxica acumulada por exposición ambiental, alimentaria o médica. A diferencia de otros agentes quelantes sintéticos, no atraviesa la mucosa intestinal, por lo que realiza su acción exclusivamente en el intestino, reduciendo la posibilidad de redistribución de toxinas en el organismo. Esto hace de la zeolita una opción segura para procesos prolongados de desintoxicación.

Eliminación de toxinas intestinales

Gracias a su elevada capacidad de adsorción, la Zeolita Clinoptilolita puede fijar amonio, nitrosaminas, pesticidas, micotoxinas, y otras sustancias polares dañinas que se generan o acumulan en el tracto gastrointestinal. Esto es especialmente útil en personas con disbiosis, permeabilidad intestinal, dietas ricas en residuos o exposición a contaminantes alimentarios. Al reducir la carga tóxica intestinal, se favorece un entorno más limpio y equilibrado que promueve la regeneración de la microbiota y la integridad mucosa.

Reducción de la inflamación sistémica de bajo grado

La acumulación de toxinas ambientales y metabólicas en el intestino puede desencadenar una respuesta inflamatoria sistémica crónica, relacionada con múltiples trastornos degenerativos. Al capturar y eliminar estos compuestos antes de que pasen al torrente sanguíneo, la zeolita contribuye a reducir la activación inmune crónica. Algunos estudios sugieren que su uso regular puede ayudar a equilibrar marcadores inflamatorios y mejorar síntomas asociados a inflamación sistémica, como dolor muscular, fatiga crónica o niebla mental.

Apoyo a la salud intestinal

La Zeolita Clinoptilolita crea un ambiente menos tóxico en la luz intestinal, favoreciendo la recuperación de la microbiota beneficiosa y la restauración de la mucosa intestinal. Este efecto es especialmente relevante en personas con intestino permeable, sensibilidad alimentaria o enfermedades inflamatorias intestinales. Además, su acción mecánica no irritante actúa como una especie de filtro molecular que promueve una mejor calidad del medio intestinal sin dañar las paredes ni interferir con la absorción de nutrientes esenciales.

Mejora de la función inmunológica

Al reducir la carga de endotoxinas, micotoxinas y productos de fermentación nociva, la zeolita disminuye la activación del sistema inmunológico intestinal (GALT), lo que permite un mejor equilibrio entre tolerancia inmunológica y defensa activa. Su uso sostenido puede contribuir a mejorar la respuesta inmune frente a infecciones, a la vez que reduce reacciones autoinmunes e hipersensibilidades relacionadas con un entorno intestinal inflamado y contaminado.

Regulación de gases, hinchazón y malestar digestivo

La zeolita micronizada puede atrapar moléculas gaseosas como el amoníaco o el sulfuro de hidrógeno, así como productos de fermentación excesiva producidos por microorganismos disbióticos. Esta acción ayuda a reducir la sensación de hinchazón, distensión abdominal, flatulencias y malestar general, especialmente en personas con SIBO, colitis o digestión fermentativa. A diferencia de otros compuestos, lo hace sin alterar el peristaltismo ni generar efecto laxante o constipante.

Apoyo en casos de intoxicación crónica o sensibilidad química

Individuos con sensibilidad química múltiple, intoxicaciones por metales pesados o exposiciones prolongadas a toxinas industriales encuentran en la zeolita un apoyo suave pero efectivo. Al no ingresar al sistema circulatorio ni sobrecargar hígado o riñones, permite realizar procesos de depuración sin generar reacciones adversas típicas de otros métodos más agresivos. Su acción gradual permite sostener procesos de limpieza en personas con baja tolerancia a otros suplementos.

Estabilidad estructural, no absorbible y segura a largo plazo

Una ventaja relevante de la Zeolita Clinoptilolita es que no se degrada ni se disuelve en el tracto digestivo, lo que asegura que su estructura permanezca intacta durante todo el tránsito intestinal. No es absorbida por el organismo ni participa en reacciones químicas indeseadas, lo que la convierte en una opción segura para uso diario y prolongado. Además, al ser micronizada, su superficie activa es mayor, lo que permite utilizar menores dosis para una misma eficacia depurativa.

Potencial coadyuvante en programas de longevidad

La exposición acumulativa a metales pesados y toxinas ambientales es un factor silencioso pero importante en el proceso de envejecimiento celular. La zeolita, al reducir esta carga tóxica de forma continua, puede actuar como herramienta preventiva en programas de longevidad y optimización funcional. Su uso regular puede ayudar a preservar la función mitocondrial, reducir el estrés oxidativo inducido por toxinas y proteger tejidos sensibles como el cerebro, el hígado y los riñones.

Intercambio iónico selectivo

La Zeolita Clinoptilolita Micronizada actúa mediante un proceso de intercambio iónico, aprovechando su estructura cristalina compuesta por tetraedros de sílice (SiO₄) y alúmina (AlO₄) dispuestos en una red tridimensional. Esta estructura genera cavidades y canales cargados negativamente que alojan cationes intercambiables como calcio, sodio, potasio y magnesio. Cuando la zeolita entra en contacto con el contenido intestinal, los cationes presentes en su estructura son intercambiados por iones más tóxicos del medio, como plomo (Pb²⁺), cadmio (Cd²⁺), mercurio (Hg²⁺) y amonio (NH₄⁺), de forma altamente selectiva y estable. Este mecanismo permite secuestrar compuestos nocivos sin liberar sustancias perjudiciales en el entorno, estabilizando el equilibrio electrolítico del intestino y favoreciendo la excreción de metales pesados sin que entren al torrente sanguíneo.

Adsorción física de toxinas polares

Otro mecanismo fundamental de la zeolita es su capacidad de adsorción física, particularmente efectiva contra moléculas polares y de tamaño molecular específico, como micotoxinas, pesticidas, herbicidas y compuestos nitrogenados derivados de la fermentación intestinal. Esta adsorción ocurre por fuerzas de Van der Waals y enlaces electrostáticos entre las superficies activas de la zeolita y los compuestos presentes en el intestino. Gracias a su estructura microporosa con gran superficie específica (especialmente en su versión micronizada), puede atrapar eficientemente grandes cantidades de toxinas por gramo de material sin saturarse rápidamente. Una vez adsorbidas, las toxinas quedan inmovilizadas dentro de su red cristalina y son eliminadas por vía fecal, sin posibilidad de reabsorción.

Reducción de la carga de amonio y otros metabolitos tóxicos

La Zeolita Clinoptilolita presenta una afinidad notable por el ion amonio (NH₄⁺), que se produce en el intestino por desaminación de aminoácidos y degradación proteica. El exceso de amonio intestinal, además de generar gases irritantes, puede contribuir a toxicidad hepática y encefalopatía si atraviesa la barrera intestinal. La zeolita captura amonio en su matriz y lo intercambia por cationes más inocuos, reduciendo así su absorción y su impacto sistémico. Este mismo mecanismo aplica a otras sustancias nitrogenadas como putrescina o cadaverina, asociadas con inflamación intestinal y disbiosis.

Disminución de la permeabilidad intestinal inducida por toxinas

Diversas toxinas como lipopolisacáridos (LPS), aflatoxinas o ciertos pesticidas pueden alterar la integridad de las uniones estrechas (tight junctions) del epitelio intestinal, provocando lo que se conoce como permeabilidad intestinal aumentada o “leaky gut”. Al reducir significativamente la carga de estos compuestos en la luz intestinal, la zeolita protege indirectamente la arquitectura epitelial, reduciendo el paso de macromoléculas proinflamatorias al sistema circulatorio. Esto contribuye a disminuir la inflamación sistémica de bajo grado y a restaurar la homeostasis inmunológica intestinal.

Neutralización de radicales libres y efectos antioxidantes indirectos

Si bien la zeolita no actúa como antioxidante directo en el sentido clásico, se ha demostrado que al reducir la exposición a metales pesados como el cadmio, mercurio y plomo —los cuales promueven la generación de radicales libres mediante mecanismos redox— disminuye la carga oxidativa general. Además, la mejora del entorno intestinal reduce la liberación de compuestos proinflamatorios como TNF-α, IL-1β e IL-6, los cuales suelen inducir estrés oxidativo sistémico. En modelos experimentales, el uso de clinoptilolita ha mostrado reducir la peroxidación lipídica y aumentar los niveles de glutatión reducido (GSH), lo que sugiere una capacidad indirecta para modular los sistemas endógenos antioxidantes.

Estabilización del microbioma intestinal

Al reducir selectivamente toxinas microbianas, metabolitos nocivos y productos de fermentación proteica, la zeolita favorece un entorno intestinal más estable para las bacterias comensales beneficiosas, como Lactobacillus y Bifidobacterium. Al mismo tiempo, limita la proliferación de especies oportunistas y productoras de endotoxinas como ciertas cepas de Clostridium y Enterobacter. Este equilibrio contribuye a una microbiota más diversa, a una menor producción de compuestos proinflamatorios y a un mejor control del sistema inmunológico asociado al intestino (GALT).

Inocuidad fisiológica y no absorción sistémica

Un aspecto crítico en el mecanismo de acción de la Zeolita Clinoptilolita es su total inocuidad sistémica. Debido a su tamaño molecular, composición insoluble y carga estructural estable, la zeolita no atraviesa la barrera intestinal ni se metaboliza en el cuerpo humano. Esto significa que actúa exclusivamente de forma local en el tracto gastrointestinal, sin interferir con procesos bioquímicos sistémicos, sin generar metabolitos secundarios y sin afectar órganos de eliminación como hígado o riñones. Su eliminación ocurre completamente por vía fecal con las toxinas atrapadas en su matriz. Este mecanismo de acción pasivo y localizado es lo que permite su uso prolongado con alta tolerabilidad, incluso en personas sensibles o con patologías crónicas.

Detoxificación de metales pesados

Dosificación: Comenzar con una dosis inicial de 1000mg diarios (½ cucharadita rasa). Aumentar a una dosis terapéutica de 3000mg a 5000mg diarios, divididos en 2 o 3 tomas. En casos severos de toxicidad o exposición crónica, puede emplearse una dosis avanzada de hasta 6000mg diarios, dividida en tres tomas de 2000mg cada una.

Frecuencia de administración: Tomar siempre con abundante agua (300 a 400ml por toma), idealmente en ayunas y lejos de las comidas, medicamentos o suplementos. No combinar con compuestos ricos en minerales para evitar interferencias en su acción quelante.

Duración total del ciclo: 12 semanas continuas. Realizar una pausa breve de 5 a 7 días tras cada 6 semanas. En casos crónicos, pueden repetirse ciclos durante todo el año con descansos cortos entre fases.

Reducción de la carga intestinal de toxinas y apoyo digestivo

Dosificación: Dosis estándar de 2000mg a 4000mg diarios, divididos en 2 tomas. En contextos de fermentación excesiva, putrefacción intestinal o candidiasis, se puede utilizar hasta 5000mg diarios.

Frecuencia de administración: Tomar preferentemente 30 a 60 minutos antes de las comidas, con abundante agua. Si se combina con probióticos, espaciar al menos 2 horas para evitar que la zeolita interfiera en la colonización bacteriana.

Duración total del ciclo: 6 a 8 semanas. Pausar 5 días y reiniciar si es necesario. Para mantenimiento digestivo prolongado, se puede usar una dosis baja de 1000mg diarios.

Reducción de la inflamación sistémica de bajo grado

Dosificación: Dosis terapéutica de 4000mg diarios, divididos en 2 tomas (mañana y tarde). En casos de inflamación crónica activa, se puede aumentar a una dosis avanzada de 5000mg a 6000mg diarios.

Frecuencia de administración: Tomar lejos de alimentos, en ayunas y al final de la tarde, siempre con mínimo 300ml de agua. Evitar combinar con suplementos antioxidantes en la misma toma.

Duración total del ciclo: 10 a 12 semanas con descansos de 7 días cada 6 semanas. Ideal en combinación con otros compuestos antiinflamatorios como curcumina, resveratrol o PEA, pero administrados en horarios distintos.

Apoyo en sensibilidad química, intoxicación crónica o enfermedades ambientales

Dosificación: Iniciar con 1000mg diarios e incrementar hasta alcanzar 4000mg a 5000mg diarios según tolerancia. Personas hipersensibles pueden requerir mantener dosis más bajas durante períodos largos.

Frecuencia de administración: Siempre en ayunas, entre comidas o antes de dormir. Acompañar con 400ml de agua pura por toma. Evitar tomar junto a otros suplementos hasta conocer la tolerancia completa.

Duración total del ciclo: Ciclos largos de 12 a 16 semanas. Se puede descansar 7 días entre ciclos. Idealmente combinar con agentes regeneradores intestinales en fases posteriores.

Apoyo en intestino permeable o disbiosis intestinal

Dosificación: Dosis estándar de 3000mg diarios dividida en 2 tomas. En personas con inflamación intestinal activa, puede utilizarse 4000mg diarios. Para mantenimiento a largo plazo, usar 1000mg diarios.

Frecuencia de administración: Siempre lejos de alimentos y suplementos, con mínimo 300ml de agua. En protocolos integrales, combinar con L-glutamina, butirato y zinc carnosina, en horarios separados.

Duración total del ciclo: 8 a 10 semanas con pausas breves de 5 días. Se puede retomar de forma indefinida en esquemas rotativos.

Apoyo en longevidad y reducción de carga tóxica acumulativa

Dosificación: Dosis base de 1000mg a 2000mg diarios como mantenimiento. En fases de depuración estacional (primavera/otoño), utilizar 3000mg diarios durante 4 semanas.

Frecuencia de administración: En ayunas o antes de dormir, con abundante agua. Idealmente no combinar en la misma toma con antioxidantes lipofílicos.

Duración total del ciclo: Puede utilizarse de forma indefinida alternando 8 semanas de uso con 5 días de descanso. En esquemas de longevidad, se recomienda acompañar con otros moduladores celulares como espermidina, quercetina o astaxantina.

Eliminación de toxinas y metales pesados

Ácido Alfa Lipoico (R-ALA preferentemente): actúa como quelante intracelular de metales pesados como mercurio, cadmio y plomo, complementando la acción intestinal de la zeolita. Mientras la zeolita impide la absorción intestinal, el ALA favorece la movilización y excreción de metales que ya se encuentran en circulación o almacenados en tejidos, especialmente en hígado y sistema nervioso. Su sinergia permite un abordaje más completo de la detoxificación sin sobrecargar los órganos emuntorios.

Glutatión liposomal: esencial para la neutralización de radicales libres generados por la movilización de toxinas. Su acción antioxidante directa y su rol en la fase II de detoxificación hepática refuerzan el sistema antioxidante endógeno, protegiendo células vulnerables al estrés oxidativo inducido por metales pesados. Favorece la excreción hepática de toxinas solubles en agua que la zeolita no captura directamente.

Selenio (Selenometionina): cofactor fundamental de la glutatión peroxidasa, enzima clave en la detoxificación de peróxidos lipídicos generados durante la exposición a toxinas. También se une de forma irreversible al mercurio formando complejos inactivos, potenciando el efecto de la zeolita en la eliminación del mercurio circulante sin permitir su redistribución.

Reparación intestinal y protección de mucosas

L-Glutamina: aminoácido esencial para la regeneración del epitelio intestinal. Su uso potencia la restauración de las uniones estrechas (tight junctions), que suelen verse alteradas por toxinas, micotoxinas y disbiosis. Combinada con zeolita, permite no solo detener el paso de sustancias inflamatorias al torrente sanguíneo, sino también reparar de forma activa la barrera intestinal.

Zinc Carnosina: actúa directamente sobre la mucosa intestinal estimulando la proliferación celular, inhibiendo procesos inflamatorios locales y aumentando la producción de moco protector. Su acción sinérgica con la zeolita favorece un entorno de baja toxicidad ideal para la regeneración tisular, reduciendo síntomas de intestino permeable, gastritis o colitis.

Ácido Butírico (Butirato de sodio o calcio): metabolito clave en la salud intestinal. Tiene efectos antiinflamatorios locales, estimula la producción de moco y refuerza la integridad del epitelio. Además, mejora la función inmunitaria en el GALT. La combinación de zeolita para remover toxinas y butirato para estimular la reparación crea un entorno restaurativo completo en el tracto digestivo.

Protección antioxidante y estrés oxidativo

Vitamina C liposomal: actúa como neutralizador de especies reactivas de oxígeno (ROS) liberadas durante la desintoxicación de metales. Ayuda a mantener niveles estables de glutatión y a reducir la peroxidación lipídica inducida por toxinas. Su presentación liposomal mejora la biodisponibilidad sin irritar el tracto gastrointestinal.

N-Acetil Cisteína (NAC): precursor directo del glutatión endógeno. Participa en la detoxificación hepática de fase II y protege células hepáticas y neuronales frente a toxinas orgánicas y metales. Su uso en paralelo con zeolita favorece una respuesta antioxidante equilibrada durante procesos depurativos intensos.

C15 - Ácido Pentadecanoico: modula la inflamación sistémica a través de la activación de PPARs y mejora la homeostasis mitocondrial. Su capacidad de actuar como regulador metabólico reduce el daño oxidativo asociado a procesos de detoxificación prolongados y mejora la recuperación celular, especialmente en tejidos sensibles como cerebro e intestino.

Regulación inmunológica y microbiota intestinal

Probióticos (Lactobacillus rhamnosus GG, Bifidobacterium longum): refuerzan la integridad intestinal, inhiben la proliferación de bacterias disbióticas y modulan la respuesta inmunitaria local. Al restablecer el equilibrio del microbioma, complementan el efecto de la zeolita en la eliminación de endotoxinas bacterianas y mejoran la resiliencia intestinal frente a nuevas agresiones tóxicas.

Vitamina D3 (Colecalciferol): modula la respuesta inmune innata y adaptativa, reduciendo la inflamación intestinal crónica y apoyando la regeneración del epitelio intestinal. También mejora la expresión de péptidos antimicrobianos que colaboran en el control de patógenos intestinales. Su acción sinérgica con la zeolita resulta clave en cuadros inflamatorios intestinales o inmunorregulación alterada.

Boswellia serrata (extracto estandarizado): inhibe directamente las enzimas proinflamatorias 5-LOX y COX-2, reduciendo la inflamación intestinal sin efectos secundarios sobre la mucosa. En combinación con zeolita, permite un entorno intestinal menos reactivo, ideal para pacientes con SIBO, colitis o hipersensibilidad química.

¿Se puede tomar la zeolita todos los días?

Sí, la Zeolita Clinoptilolita Micronizada puede tomarse todos los días siempre que se respeten las dosis adecuadas y se acompañe con buena hidratación. Dado que no se absorbe en el organismo y actúa solo a nivel intestinal, su uso diario es seguro incluso por periodos prolongados. De hecho, muchas personas la utilizan de forma continua como parte de un protocolo de limpieza intestinal o detoxificación sistémica. En protocolos intensivos, se recomienda hacer pausas breves cada 6 a 8 semanas para evaluar progresos y permitir ajustes si fuera necesario.

¿Cuánta agua debo tomar con la zeolita?

Es fundamental tomar al menos 300 a 400 ml de agua con cada dosis de zeolita. Esto facilita su correcta dispersión en el intestino, evita posibles molestias digestivas y mejora la eficacia de su acción quelante. Además, como ayuda a movilizar toxinas, es importante asegurar una buena hidratación general durante el día para apoyar la función renal y la eliminación de desechos.

¿Es necesario tomarla en ayunas?

Tomarla en ayunas o al menos con el estómago vacío mejora significativamente su acción. Esto se debe a que, en ausencia de alimentos, la zeolita puede interactuar directamente con las toxinas presentes en el intestino sin interferencias. Si se toma junto con las comidas, podría unirse a minerales o nutrientes útiles y disminuir su absorción. Idealmente, se debe tomar 30 minutos antes o 2 horas después de comer.

¿Puede interferir con la absorción de nutrientes?

Sí, si se consume junto con las comidas o suplementos nutricionales, la zeolita puede unirse a minerales esenciales como hierro, zinc o magnesio y reducir su absorción. Por eso, se recomienda dejar al menos 2 horas de separación entre la zeolita y la ingesta de alimentos o suplementos importantes. Si se toma correctamente, en ayunas o entre comidas, este riesgo se minimiza casi por completo.

¿Tiene efecto laxante o produce estreñimiento?

La zeolita no es un laxante, ni estimula el peristaltismo intestinal como lo harían otros compuestos. En algunas personas puede generar un tránsito intestinal más fluido si había acumulación de toxinas o gases, pero también puede generar estreñimiento leve si no se acompaña con suficiente agua. En caso de estreñimiento, aumentar la hidratación y disminuir ligeramente la dosis suele resolver el problema.

¿Puede combinarse con probióticos?

Sí, pero deben tomarse en horarios distintos. La zeolita puede adsorber parcialmente los microorganismos vivos si se consume al mismo tiempo, reduciendo la eficacia de los probióticos. Lo ideal es tomar la zeolita en ayunas por la mañana y los probióticos por la noche, o dejar al menos 2 horas entre uno y otro. Esta combinación puede ser especialmente útil en personas con disbiosis o intestino permeable.

¿Es apta para personas con SIBO o problemas digestivos?

Sí, de hecho puede ser muy beneficiosa. La zeolita puede reducir la cantidad de gases tóxicos y amoníaco generados por la fermentación bacteriana en el intestino delgado, lo que contribuye a disminuir la hinchazón, los eructos y el malestar digestivo característico del SIBO. También ayuda a limpiar el entorno intestinal sin destruir directamente la microbiota, lo que la hace bien tolerada.

¿Puede tomarse durante el embarazo o la lactancia?

Aunque la zeolita no se absorbe en el organismo y es considerada segura en general, durante el embarazo y la lactancia se recomienda actuar con mayor precaución. Esto se debe a que la eliminación de toxinas podría movilizar compuestos acumulados que podrían afectar al feto o al lactante. Su uso durante estas etapas debe evaluarse caso por caso, idealmente bajo supervisión profesional.

¿Qué efectos secundarios puede causar?

En general, la zeolita es bien tolerada. Sin embargo, al comenzar un protocolo puede haber síntomas de detoxificación como dolor de cabeza, fatiga, cambios en el tránsito intestinal o erupciones leves. Estos efectos suelen ser temporales y pueden mitigarse reduciendo la dosis e incrementando el consumo de agua. Si los síntomas persisten, conviene suspender temporalmente y reintroducir con dosis más bajas.

¿Puede producir algún tipo de dependencia?

No. La zeolita no actúa sobre sistemas de recompensa neurológica ni modifica la función intestinal de forma permanente, por lo que no genera dependencia física ni psicológica. Es un agente puramente físico que capta toxinas a nivel intestinal sin generar hábito.

¿Se puede tomar con medicamentos?

Es importante separar la toma de zeolita de cualquier medicación. Dado que puede adsorber algunos fármacos o interferir en su absorción, se recomienda dejar un mínimo de 3 horas entre la toma de medicamentos y la zeolita. Esto es especialmente importante con antibióticos, suplementos hormonales y fármacos de acción específica.

¿Puede combinarse con otros suplementos detox?

Sí, y de hecho puede potenciar su eficacia. La zeolita puede combinarse muy bien con glutatión, N-acetil cisteína, ácido alfa lipoico, cardo mariano o chlorella, siempre respetando horarios de administración distintos. Esta combinación permite abordar la detoxificación desde diferentes niveles: intestinal, hepático y celular.

¿Qué tan rápido se sienten los efectos?

Depende del objetivo. En casos de malestar digestivo, hinchazón o gases, puede notarse mejoría desde los primeros días. En protocolos de detoxificación profunda o exposición a metales pesados, los resultados suelen percibirse tras varias semanas de uso continuo. La mayoría de los beneficios se manifiestan de forma progresiva.

¿Qué tipo de zeolita es la mejor?

La clinoptilolita es la forma más investigada y segura para consumo humano. La versión micronizada (partículas muy finas) tiene mayor superficie de contacto y por lo tanto mejor capacidad de adsorción. Es importante que esté purificada y libre de contaminantes para uso interno.

¿Qué diferencia hay entre zeolita en cápsulas y a granel?

Ninguna en cuanto a función química, pero la forma a granel permite ajustar mejor las dosis y realizar protocolos intensivos o prolongados con mayor flexibilidad. También suele ser más económica. Las cápsulas, por otro lado, ofrecen comodidad para quienes prefieren una dosificación exacta y sin sabor.

¿Qué sabor tiene y cómo se toma?

La zeolita micronizada no tiene un sabor fuerte, pero su textura puede ser algo terrosa o calcárea. Lo ideal es disolverla en un vaso grande de agua y tomarla inmediatamente, revolviendo para que no se deposite en el fondo. Algunas personas prefieren mezclarla con jugo natural para mejorar la palatabilidad, aunque se recomienda que no contenga grasas ni azúcares añadidos.

¿Se puede usar en niños?

En general no se recomienda su uso en menores de 12 años sin indicación profesional. Aunque su perfil de seguridad es alto, las necesidades y reacciones de los niños son distintas y deben evaluarse individualmente. En contextos de exposición a metales o problemas digestivos severos, su uso puede ser considerado bajo control especializado.

¿Puede mejorar la piel o el acné?

Sí, en algunos casos. Al reducir la carga tóxica sistémica y mejorar la función intestinal, la zeolita puede ayudar indirectamente a mejorar afecciones cutáneas como acné, dermatitis o piel grasa. Al eliminar compuestos inflamatorios y endotoxinas que muchas veces afectan la piel desde dentro, contribuye a una apariencia más limpia y equilibrada.

¿Puedo usarla si tengo el hígado graso?

Sí, y puede ser beneficiosa. Aunque no actúa directamente sobre el hígado, la zeolita reduce la carga de toxinas que deben ser procesadas por este órgano, dándole un descanso funcional. En protocolos para hígado graso, suele combinarse con colina, cardo mariano o NAC para optimizar los resultados.

¿Qué pasa si me olvido una toma?

No ocurre nada grave. Puedes continuar con la siguiente toma sin necesidad de duplicar la dosis. Lo importante es mantener la constancia diaria en los protocolos más intensivos. Si usas zeolita de forma preventiva o de mantenimiento, no hay problema en interrumpir temporalmente y retomar cuando puedas.

  • Conservar en un lugar fresco, seco y protegido de la luz directa para evitar la degradación de su estructura cristalina.
  • Evitar el contacto con humedad o vapores, ya que puede reducir su capacidad de adsorción al saturar sus poros activos.
  • No almacenar en recipientes metálicos; usar siempre frascos de vidrio, cerámica o plástico libre de BPA.
  • Cerrar bien el envase después de cada uso para evitar contaminación cruzada con otras sustancias del ambiente.
  • Separar la toma de zeolita al menos 2 horas de suplementos o alimentos ricos en minerales para evitar interferencias en la absorción.
  • Separar la administración de medicamentos al menos 3 horas antes o después de tomar zeolita para evitar que los adsorba.
  • Tomar siempre con abundante agua (mínimo 300ml por dosis) para facilitar el tránsito intestinal y evitar posibles efectos de estreñimiento.
  • En caso de síntomas de detoxificación intensos (dolor de cabeza, fatiga, náuseas), reducir la dosis durante algunos días y aumentar progresivamente.
  • Evitar mezclarla con batidos que contengan aceites, grasas o suplementos lipofílicos, ya que puede interferir con su biodisponibilidad.
  • En tratamientos prolongados, alternar con pausas cortas de 5 a 7 días cada 6 a 8 semanas para mantener su eficacia sin saturar su acción.
  • Evitar su uso simultáneo con arcillas u otros agentes quelantes orales que puedan competir por el mismo espectro de toxinas.
  • No usar con agua caliente o infusiones, ya que el calor excesivo puede alterar su estructura porosa.
  • No inhalar el polvo durante la manipulación, especialmente en presentaciones muy finas, para evitar irritación respiratoria.
  • Mantener alejado de fuentes electromagnéticas intensas o imanes industriales, ya que puede alterar su carga superficial si se expone de forma prolongada.
  • Si se mezcla con líquidos para tomar, consumir inmediatamente para evitar que sedimente y pierda eficacia.
  • No utilizar utensilios de cocina contaminados con restos de detergente o metales pesados para su preparación.
  • Personas con insuficiencia renal avanzada deben evitar su uso debido al riesgo de sobrecarga por movilización de toxinas y minerales.
  • No debe utilizarse en personas que estén recibiendo quimioterapia activa, ya que podría interferir con la absorción del medicamento si no se respeta el margen horario.
  • En personas con desnutrición severa o deficiencia mineral crítica, puede agravar el déficit si se toma junto con las comidas o suplementos minerales.
  • Pacientes con antecedentes de obstrucción intestinal, íleo paralítico o tránsito intestinal muy lento deben evitar su uso sin una supervisión adecuada.
  • No se recomienda su uso simultáneo con quelantes farmacológicos intravenosos o tratamientos de intoxicación aguda sin separación horaria estricta.

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Este producto no está destinado a diagnosticar, tratar, curar ni prevenir ninguna enfermedad. Los efectos pueden variar entre individuos según factores como edad, genética, estado de salud y estilo de vida. La información proporcionada tiene fines educativos y no debe interpretarse como un consejo médico o terapéutico personalizado. Las declaraciones aquí mencionadas no han sido evaluadas por autoridades sanitarias y están destinadas únicamente a informar al consumidor sobre el producto y su uso potencial.