Optimización de la biodisponibilidad mediante encapsulación liposomal y evasión del metabolismo de primer paso
La quercetina liposomal emplea tecnología de encapsulación en vesículas fosfolipídicas que alteran fundamentalmente su farmacocinética comparada con formulaciones convencionales. Los liposomas consisten en bicapas de fosfolípidos, típicamente fosfatidilcolina, que forman estructuras vesiculares cerradas con un núcleo acuoso, mimetizando la arquitectura de las membranas celulares biológicas. Esta similitud estructural confiere a los liposomas propiedades únicas de interacción con tejidos biológicos. Cuando se administra oralmente, la quercetina encapsulada en liposomas experimenta protección significativa contra la degradación en el ambiente gástrico ácido, ya que la bicapa lipídica resiste la hidrólisis ácida y previene el contacto directo de la quercetina con iones hidrógeno y pepsina. En el intestino delgado, los liposomas pueden ser absorbidos mediante múltiples vías: fusión directa con la membrana apical de los enterocitos, liberando su contenido intracelular; endocitosis mediada por receptor o no específica, donde la célula internaliza vesículas completas; y absorción linfática a través de las placas de Peyer y el sistema quilomicrónico. Esta última vía es particularmente relevante porque permite que los liposomas ingresen al sistema linfático mesentérico, que drena a la circulación sistémica a través del conducto torácico, evitando así el metabolismo hepático de primer paso que normalmente degrada hasta el noventa por ciento de la quercetina oral convencional. El hígado, que recibe sangre portal directamente del intestino, contiene altas concentraciones de enzimas del citocromo P450 (particularmente CYP3A4 y CYP2C8) y de enzimas de conjugación de fase II (UDP-glucuronosiltransferasas y sulfotransferasas) que modifican extensamente la quercetina, convirtiéndola en metabolitos conjugados con menor actividad biológica. Al evitar parcialmente este metabolismo inicial, la quercetina liposomal mantiene una mayor proporción en su forma aglicona libre y biológicamente activa. Estudios farmacocinéticos han demostrado que la formulación liposomal puede aumentar el área bajo la curva de concentración plasmática versus tiempo hasta diez veces comparada con quercetina no encapsulada, con una vida media aparente prolongada que se extiende de dos a cuatro horas con formulaciones convencionales a más de doce horas con liposomas, resultando en exposición sistémica sostenida y más eficiente.
Facilitación de la penetración de barreras biológicas selectivas y distribución tisular mejorada
Los liposomas de quercetina poseen capacidad mejorada para atravesar barreras biológicas especializadas que normalmente restringen el paso de solutos hidrofílicos y moléculas de tamaño moderado. La barrera hematoencefálica, formada por células endoteliales con uniones estrechas continuas, pericitos y pies terminales astrocíticos, constituye una interfaz altamente selectiva que protege el sistema nervioso central de fluctuaciones en la composición del plasma y de xenobióticos potencialmente neurotóxicos. La quercetina no encapsulada tiene penetración cerebral limitada debido a su moderada lipofilia, tamaño molecular y sustratos de transportadores de eflujo como la P-glicoproteína que la bombea de vuelta a la circulación. Los liposomas pueden facilitar la penetración cerebral de quercetina mediante varios mecanismos concurrentes: adsorción mediada por endocitosis en células endoteliales cerebrales, particularmente cuando los liposomas están funcionalizados con ligandos que reconocen receptores expresados en el endotelio cerebral; transcitosis, donde las vesículas liposomales son transportadas a través del citoplasma de las células endoteliales desde la membrana luminal a la abluminal; y fusión directa con membranas endoteliales seguida de liberación en el intersticio cerebral. La composición lipídica de los liposomas puede modularse para optimizar estas interacciones, incluyendo la incorporación de colesterol que estabiliza la bicapa y modula su fluidez, o la adición de polietilenglicol que reduce el reconocimiento por el sistema reticuloendotelial y prolonga la circulación plasmática. Una vez en el parénquima cerebral, la quercetina puede ejercer efectos neuroprotectores mediante múltiples mecanismos descritos en secciones subsecuentes. Otras barreras biológicas también experimentan penetración mejorada con formulaciones liposomales, incluyendo la barrera hemato-retiniana en el ojo, relevante para la protección de fotorreceptores y células del epitelio pigmentario retiniano del estrés oxidativo; la barrera placentaria, aunque con implicaciones que requieren investigación adicional respecto a seguridad gestacional; y el endotelio vascular general, donde los liposomas pueden acumularse preferentemente en áreas con permeabilidad aumentada debido a fenómenos inflamatorios o angiogénesis activa, un efecto conocido como permeabilidad y retención aumentada que resulta en distribución dirigida pasiva hacia tejidos con mayor demanda metabólica o actividad patológica.
Defensa antioxidante multinivel mediante scavenging directo y activación de sistemas endógenos
La quercetina liposomal opera como un antioxidante multifuncional a través de mecanismos directos e indirectos que se complementan sinérgicamente. Como scavenger directo, la estructura química de la quercetina—caracterizada por un esqueleto de flavona con grupos hidroxilo en las posiciones 3, 5, 7, 3' y 4'—le confiere capacidad excepcional para donar electrones y protones a especies reactivas de oxígeno y nitrógeno. La presencia del grupo catecol en el anillo B (hidroxilos en 3' y 4') es particularmente crítica para la actividad antioxidante, permitiendo la estabilización por resonancia del radical semiquinona resultante tras la donación de un electrón. La quercetina puede neutralizar radicales superóxido, radicales hidroxilo, radicales peroxilo, óxido nítrico y peroxinitrito mediante transferencia de electrones o de átomos de hidrógeno. La cinética de estas reacciones de scavenging es favorable, con constantes de velocidad que frecuentemente exceden aquellas de antioxidantes endógenos, permitiendo que la quercetina actúe como antioxidante de primera línea que intercepta radicales antes de que puedan dañar macromoléculas celulares. La biodisponibilidad mejorada de la formulación liposomal asegura que concentraciones intracelulares más elevadas de quercetina estén disponibles en compartimentos donde el estrés oxidativo es más intenso, particularmente las mitocondrias. Adicionalmente, la quercetina actúa como quelante de metales de transición como hierro ferroso y cobre cuproso, formando complejos estables que previenen la participación de estos metales en reacciones de Fenton y Haber-Weiss, las cuales generan el radical hidroxilo altamente reactivo a partir de peróxido de hidrógeno. Más allá del scavenging directo, la quercetina funciona como inductor de la respuesta antioxidante de fase II mediante la activación del factor de transcripción Nrf2. En condiciones basales, Nrf2 permanece secuestrado en el citoplasma por la proteína Keap1, que actúa como sensor de estrés oxidativo mediante residuos de cisteína sensibles a modificación redox. La quercetina puede modificar estos residuos de cisteína en Keap1, causando un cambio conformacional que libera Nrf2, permitiendo su translocación nuclear donde se dimeriza con proteínas Maf y se une a elementos de respuesta antioxidante en regiones promotoras de genes que codifican enzimas antioxidantes y de detoxificación de fase II. Esta activación transcripcional resulta en expresión aumentada de hemo oxigenasa-1, NAD(P)H quinona oxidorreductasa 1, glutatión S-transferasas, glutamato-cisteína ligasa (enzima limitante en la síntesis de glutatión), glutatión peroxidasa, glutatión reductasa y superóxido dismutasa. Este mecanismo amplificador multiplica la capacidad antioxidante endógena del organismo mucho más allá de lo que la quercetina podría lograr mediante scavenging directo exclusivamente, creando un sistema de defensa antioxidante robusto y sostenible.
Modulación multinivel de cascadas inflamatorias y respuesta inmunitaria
La quercetina liposomal ejerce efectos inmunomoduladores complejos mediante la intervención en múltiples nodos de las redes de señalización inflamatoria e inmunitaria. A nivel de la cascada del ácido araquidónico, la quercetina inhibe tanto la ciclooxigenasa-2 como las lipooxigenasas mediante mecanismos que incluyen competencia con el sustrato ácido araquidónico por el sitio activo y efectos sobre la expresión génica de estas enzimas. La inhibición de COX-2 reduce la síntesis de prostaglandinas proinflamatorias como PGE2 y PGI2, mientras que la inhibición de 5-lipoxigenasa reduce la producción de leucotrienos como LTB4 y los cisteinil-leucotrienos LTC4, LTD4 y LTE4, todos mediadores lipídicos que amplifican respuestas inflamatorias y quimiotaxis de leucocitos. Importante es destacar que la quercetina no inhibe COX-1 constitutiva con la misma potencia, preservando funciones homeostáticas dependientes de prostaglandinas. A nivel de señalización intracelular, la quercetina interfiere con la activación de la vía NF-κB mediante múltiples mecanismos: puede inhibir la fosforilación de la proteína inhibidora IκB por el complejo IKK, previniendo la degradación de IκB y la subsecuente liberación de NF-κB; puede inhibir directamente la actividad de quinasas upstream como TAK1 que activan IKK; y puede interferir con la translocación nuclear de NF-κB o su unión al ADN. La supresión de NF-κB reduce la transcripción de múltiples genes proinflamatorios incluyendo TNF-α, IL-1β, IL-6, COX-2, iNOS y moléculas de adhesión como ICAM-1, VCAM-1 y E-selectina. Paralelamente, la quercetina puede activar vías antiinflamatorias mediante efectos sobre receptores nucleares como PPARγ, cuya activación promueve un fenotipo antiinflamatorio en macrófagos y otras células inmunes. La quercetina modula la función de mastocitos mediante estabilización de membrana y efectos sobre vías de señalización que regulan la degranulación. Al intercalarse en la bicapa lipídica de la membrana plasmática de mastocitos, la quercetina modifica la fluidez de membrana y la organización de microdominios lipídicos donde se localizan receptores FcεRI para IgE. Adicionalmente, inhibe la entrada de calcio extracelular necesaria para la degranulación mediante efectos sobre canales de calcio operados por receptor y operados por almacén, y modula quinasas downstream como Syk y Fyn que transmiten señales desde el receptor FcεRI. La quercetina también afecta células T mediante modulación de su activación, diferenciación y producción de citocinas. Puede inhibir la fosforilación de LAT y SLP-76, proteínas adaptadoras críticas en la señalización del receptor de células T, y modular la actividad de calcineurina, una fosfatasa que desfosforila NFAT permitiendo su translocación nuclear para inducir genes de activación de células T. En células dendríticas, la quercetina puede modular la maduración, la expresión de moléculas coestimuladoras y la capacidad de presentación de antígenos, influyendo así en la iniciación de respuestas inmunitarias adaptativas.
Promoción de biogénesis mitocondrial y optimización del metabolismo energético
La quercetina liposomal influye profundamente en la bioenergética celular mediante efectos sobre la función, dinámica y biogénesis mitocondrial. El mecanismo central involucra la activación de la proteína quinasa activada por AMP, un sensor metabólico celular que responde a ratios aumentados de AMP:ATP indicativos de depleción energética. La quercetina puede activar AMPK mediante dos mecanismos: inhibición leve del complejo I de la cadena respiratoria mitocondrial, que reduce temporalmente la producción de ATP aumentando la relación AMP:ATP; y efectos sobre quinasas upstream como LKB1 que fosforilan y activan AMPK. La AMPK activada fosforila múltiples sustratos que coordinan la adaptación metabólica, incluyendo acetil-CoA carboxilasa cuya inhibición reduce la síntesis de ácidos grasos y promueve su oxidación; malonilCoA descarboxilasa cuya activación reduce los niveles de malonilCoA, un inhibidor de la carnitina palmitoiltransferasa-1 que facilita la entrada de ácidos grasos a la mitocondria para su β-oxidación; y PGC-1α, el coactivador maestro de la biogénesis mitocondrial. La fosforilación de PGC-1α por AMPK aumenta su actividad transcripcional, promoviendo su interacción con factores de transcripción nuclear como NRF-1, NRF-2 y ERRα que regulan la expresión de genes nucleares que codifican proteínas mitocondriales, incluyendo componentes de la cadena respiratoria, enzimas del ciclo de Krebs y proteínas de la maquinaria de replicación del ADN mitocondrial. PGC-1α también induce la expresión del factor de transcripción mitocondrial A, que transloca a la mitocondria para regular la transcripción del genoma mitocondrial. El resultado neto de esta cascada es el aumento en el número de mitocondrias por célula y la mejora de la capacidad respiratoria mitocondrial. La quercetina también puede activar sirtuinas, particularmente SIRT1, una desacetilasa dependiente de NAD+ que desacetila y activa PGC-1α, amplificando los efectos sobre biogénesis mitocondrial. Adicionalmente, la quercetina modula la dinámica mitocondrial—los procesos de fusión y fisión que determinan la morfología de la red mitocondrial—mediante efectos sobre proteínas como las mitofusinas que median la fusión de membranas mitocondriales externas y OPA1 que media la fusión de membranas internas, versus Drp1 que media la fisión. El balance entre fusión y fisión determina si las mitocondrias forman redes tubulares alargadas o fragmentos pequeños individualizados, con implicaciones funcionales para la eficiencia de producción de ATP, la generación de especies reactivas de oxígeno y la susceptibilidad a apoptosis. La quercetina generalmente favorece perfiles mitocondriales más fusionados que se asocian con mayor eficiencia respiratoria. Finalmente, la quercetina puede actuar como un desacoplador leve de la fosforilación oxidativa, disipando parcialmente el gradiente de protones a través de la membrana mitocondrial interna sin acoplar esta disipación a la síntesis de ATP, lo que aumenta el consumo de oxígeno y la oxidación de sustratos, efectos que podrían influir en el gasto energético y el metabolismo de lípidos.
Interferencia multimodal con ciclos de replicación de patógenos intracelulares
La quercetina ha sido extensamente investigada por sus capacidades de interferencia con múltiples etapas del ciclo de vida de diversos patógenos intracelulares, particularmente virus. En la etapa de adhesión y entrada viral, la quercetina puede interactuar directamente con proteínas de la cápside o envuelta viral, modificando su conformación estructural y reduciendo su capacidad para unirse a receptores celulares huéspedes. Estudios de modelado molecular y cristalografía han identificado sitios de unión de quercetina en proteínas spike, hemaglutininas y otras proteínas de adhesión viral, donde el flavonoide puede ocupar surcos hidrofóbicos o interactuar con residuos críticos para la interacción proteína-receptor. Adicionalmente, la quercetina puede modular la expresión y la glicosilación de receptores celulares que virus utilizan para la entrada, incluyendo ACE2, sialilados y heparán sulfato proteoglicanos. Una vez que un virus ha ingresado a la célula, típicamente requiere la fusión de su envuelta con membranas endosomales en ambientes de pH bajo para liberar su genoma al citoplasma. La quercetina puede alcalinizar compartimentos endosomales mediante efectos sobre bombas de protones vacuolares V-ATPasa, previniendo la fusión dependiente de pH. Tras la liberación del genoma viral, la replicación requiere enzimas virales específicas que la quercetina puede inhibir directamente. Las proteasas virales, esenciales para procesar poliproteínas en proteínas estructurales y no estructurales maduras, son inhibidas por quercetina mediante unión al sitio activo o a sitios alostéricos que alteran la conformación catalíticamente competente de la enzima. Las polimerasas dependientes de ARN, que catalizan la replicación del genoma viral en virus de ARN, son similarmente inhibidas mediante interacciones que interfieren con la unión del templado, la incorporación de nucleótidos o la translocación de la polimerasa a lo largo del templado. Las helicasas virales, que desenrollan estructuras secundarias del ARN viral para permitir su replicación y traducción, también son objetivos de la quercetina. Más allá de la inhibición de enzimas virales individuales, la quercetina modula vías de señalización celular que los virus secuestran para optimizar su replicación. Muchos virus activan la vía PI3K/Akt/mTOR para promover un ambiente celular anabólico favorable a la síntesis de componentes virales, y la quercetina puede inhibir esta vía mediante efectos sobre PI3K. Los virus también frecuentemente suprimen respuestas antivirales innatas del huésped, particularmente la producción de interferones tipo I. La quercetina puede contrarrestar esta supresión activando vías de señalización de interferón, incluyendo efectos sobre factores de transcripción IRF3 e IRF7 que inducen la expresión de genes de interferón alfa y beta. Los interferones secretados actúan de manera parácrina estableciendo un estado antiviral en células vecinas mediante la inducción de cientos de proteínas estimuladas por interferón que interfieren con múltiples aspectos de la replicación viral. La biodisponibilidad mejorada y la penetración intracelular facilitada de la quercetina liposomal son críticas para estos efectos antivirales, ya que las enzimas virales y los sitios de replicación están localizados dentro de las células infectadas.
Modulación epigenética y protección de la integridad genómica
La quercetina ejerce efectos significativos sobre mecanismos epigenéticos que regulan la expresión génica sin modificar la secuencia del ADN, incluyendo metilación del ADN, modificaciones de histonas y expresión de ARN no codificantes. En cuanto a metilación del ADN, la quercetina puede inhibir DNA metiltransferasas, enzimas que catalizan la adición de grupos metilo a residuos de citosina en dinucleótidos CpG, un proceso generalmente asociado con silenciamiento génico. La inhibición de DNMTs puede resultar en la reactivación de genes que habían sido silenciados inapropiadamente, incluyendo genes supresores de crecimiento y genes involucrados en reparación del ADN y apoptosis. Las modificaciones de histonas, particularmente acetilación y metilación de residuos de lisina en las colas N-terminales de histonas, determinan el estado de compactación de la cromatina y la accesibilidad de factores de transcripción al ADN. La quercetina puede modular histona acetiltransferasas y histona desacetilasas, enzimas que agregan o remueven grupos acetilo de histonas respectivamente, alterando así patrones de expresión génica de manera coordinada. La inhibición de ciertas HDACs por quercetina puede resultar en hiperacetilación de histonas, asociada generalmente con cromatina más abierta y transcripción aumentada de genes en esas regiones. La quercetina también puede modular la expresión de microARNs, pequeños ARNs no codificantes que regulan la expresión génica post-transcripcionalmente mediante unión a secuencias complementarias en ARN mensajeros objetivo, promoviendo su degradación o inhibiendo su traducción. Cambios en perfiles de microARNs inducidos por quercetina pueden afectar simultáneamente múltiples vías de señalización, amplificando efectos sobre procesos como proliferación celular, apoptosis, diferenciación y respuesta al estrés. En cuanto a protección del ADN, la quercetina previene el daño oxidativo al material genético mediante múltiples mecanismos: scavenging directo de radicales que pueden atacar bases nucleotídicas creando lesiones oxidativas como 8-oxo-2'-desoxiguanosina; quelación de metales que catalizan la formación de radicales hidroxilo cerca del ADN; y activación de enzimas de reparación del ADN. La quercetina puede aumentar la expresión y actividad de enzimas de reparación por escisión de bases como OGG1 que elimina guaninas oxidadas, y enzimas del sistema de reparación por escisión de nucleótidos que remueven lesiones voluminosas inducidas por mutágenos. Adicionalmente, la quercetina puede modular puntos de control del ciclo celular mediante efectos sobre quinasas dependientes de ciclinas y proteínas reguladoras como p53, permitiendo tiempo adicional para que sistemas de reparación corrijan lesiones del ADN antes de que la célula progrese a través del ciclo, reduciendo así la probabilidad de que errores se propaguen a células hijas. La formulación liposomal optimiza estos efectos genómicos al asegurar concentraciones nucleares adecuadas de quercetina donde puede interactuar con la maquinaria epigenética y con el ADN mismo.
Regulación del metabolismo lipídico y homeostasis de glucosa
La quercetina liposomal influye en múltiples aspectos del metabolismo de lípidos y carbohidratos mediante efectos sobre enzimas clave, factores de transcripción y vías de señalización metabólica. En el metabolismo lipídico, la quercetina puede inhibir enzimas involucradas en la síntesis de ácidos grasos como la ácido graso sintasa y la acetil-CoA carboxilasa, reduciendo la lipogénesis de novo particularmente en el hígado. Simultáneamente, puede aumentar la expresión y actividad de enzimas involucradas en la β-oxidación de ácidos grasos como la acil-CoA oxidasa y la carnitina palmitoiltransferasa-1, promoviendo la utilización de ácidos grasos como combustible. Estos efectos son mediados en parte por la activación de AMPK y por efectos sobre receptores nucleares PPAR, particularmente PPARα que regula genes del metabolismo lipídico. La quercetina puede modular el metabolismo de lipoproteínas mediante múltiples mecanismos: puede inhibir la secreción hepática de partículas VLDL que transportan triglicéridos a tejidos periféricos; puede aumentar la actividad de la lipoproteína lipasa endotelial que hidroliza triglicéridos en quilomicrones y VLDL facilitando su captación tisular; y puede inhibir la oxidación de lipoproteínas de baja densidad mediante efectos antioxidantes directos y mediante efectos sobre enzimas que generan especies reactivas como la NADPH oxidasa. En cuanto al metabolismo de glucosa, la quercetina puede mejorar la captación celular de glucosa mediante múltiples mecanismos: activación de AMPK que fosforila sustratos que promueven la translocación de transportadores de glucosa GLUT4 a la membrana plasmática independientemente de insulina; modulación de vías de señalización de insulina incluyendo la fosforilación de sustratos del receptor de insulina y la activación de Akt; e inhibición de fosfatasas como PTP1B que desfosforilan el receptor de insulina inactivándolo. La quercetina también puede inhibir enzimas intestinales que hidrolizan carbohidratos complejos, particularmente α-glucosidasa y α-amilasa, reduciendo la velocidad de digestión de almidón y la subsecuente absorción de glucosa, lo que modera picos postprandiales de glucemia. En el hígado, la quercetina puede inhibir enzimas de la gluconeogénesis como la glucosa-6-fosfatasa y la fosfoenolpiruvato carboxiquinasa, reduciendo la producción hepática de glucosa. Adicionalmente, puede proteger las células β pancreáticas del estrés oxidativo y de la inflamación que pueden comprometer su función de secretar insulina, mediante mecanismos antioxidantes y antiinflamatorios previamente descritos. Los fosfolípidos de la formulación liposomal también contribuyen al metabolismo saludable al proporcionar fosfatidilcolina, precursora de colina que es esencial para la síntesis de lipoproteínas VLDL necesarias para exportar triglicéridos del hígado, previniendo la acumulación lipídica hepática.
Influencia sobre la autofagia, senescencia celular y vías de longevidad
La quercetina modula procesos celulares fundamentales relacionados con el envejecimiento y la homeostasis a largo plazo. La autofagia, un proceso catabólico mediante el cual las células degradan y reciclan componentes citoplasmáticos incluyendo proteínas mal plegadas o agregadas y organelas disfuncionales, es regulada por quercetina mediante múltiples mecanismos. La activación de AMPK por quercetina resulta en la fosforilación inhibitoria de mTORC1, un regulador negativo central de la autofagia, liberando así la iniciación del proceso autofágico. Adicionalmente, la quercetina puede activar directamente proteínas del complejo ULK1 que inician la formación del fagóforo, la estructura de membrana que eventualmente engloba material citoplásmico formando el autofagosoma. La quercetina también puede modular la expresión de genes relacionados con autofagia mediante efectos sobre factores de transcripción como TFEB que regula la expresión de genes de autofagia y lisosomales. Un tipo especializado de autofagia particularmente relevante es la mitofagia, la eliminación selectiva de mitocondrias dañadas o disfuncionales. La quercetina puede promover mitofagia mediante estabilización de proteínas como PINK1 en mitocondrias con potencial de membrana colapsado, lo que recluta la ubiquitina ligasa Parkin que marca la mitocondria para degradación. Este proceso de control de calidad mitocondrial es crítico para mantener una población saludable de estas organelas y prevenir la acumulación de mitocondrias que generan cantidades excesivas de especies reactivas de oxígeno. En cuanto a senescencia celular, el estado en que células dejan de proliferar pero permanecen metabólicamente activas y secretan factores inflamatorios y proteolíticos en lo que se denomina el fenotipo secretor asociado a senescencia, la quercetina ha sido investigada por sus propiedades senolíticas, es decir, su capacidad para inducir selectivamente la muerte de células senescentes. Los mecanismos propuestos incluyen la inhibición de vías de supervivencia específicamente activadas en células senescentes como la vía PI3K/Akt y las redes de resistencia a apoptosis dependientes de BCL-2 y BCL-xL. La eliminación de células senescentes puede tener efectos beneficiosos sistémicos al reducir la carga inflamatoria crónica que estas células imponen sobre tejidos. La quercetina también activa sirtuinas, particularmente SIRT1, una desacetilasa NAD+-dependiente que ha sido vinculada a la extensión de la vida útil en múltiples organismos modelo. SIRT1 desacetila múltiples sustratos incluyendo p53, FOXOs, PGC-1α y histonas, modulando procesos como reparación del ADN, metabolismo energético, respuesta al estrés y expresión génica de manera que podría promover longevidad. La quercetina puede aumentar la actividad de SIRT1 tanto al incrementar los niveles de NAD+, su cofactor esencial, mediante efectos sobre su biosíntesis, como potencialmente mediante activación directa o alostérica de la enzima. Finalmente, la quercetina puede influir en la longitud de los telómeros mediante protección del ADN telomérico del daño oxidativo y posiblemente mediante efectos sobre la telomerasa, la transcriptasa reversa especializada que extiende los telómeros, aunque los efectos sobre telomerasa son complejos y dependientes del contexto celular.